jueves, 7 de mayo de 2020

LECTURA


En tiempos de crisis, las personas necesitan la cultura.


Por Ernesto Ottone R., Subdirector General de Cultura de la UNESCO

El COVID-19 ha puesto en evidencia la indispensabilidad de la cultura para las comunidades. En este momento, en el que millones de personas se encuentran físicamente aisladas unas de otras, la cultura nos ha unido, creando vínculos y acortando la distancia que nos separa. La cultura nos ha servido de apoyo durante este período de enorme ansiedad e incertidumbre. Aún contando con la cultura para superar esta crisis, no debemos olvidar que la cultura también sufre sus consecuencias. Numerosos artistas y creadores no consiguen llegar a fin de mes y mucho menos proseguir con su actividad. Mientras el mundo se esfuerza por hacer frente al peligro que representa el COVID-19, debemos buscar medidas para apoyar a los artistas y facilitar el acceso a los bienes y servicios culturales, a corto y medio plazo.
Muchos países han cerrado sus museos, salas de conciertos y otras instituciones culturales con el fin de ayudar a frenar la pandemia del COVID-19. La cultura se está desplazando en gran parte a internet, a las redes sociales y a los balcones de las grandes ciudades.

En tiempos de crisis las personas necesitan la cultura más que nunca.
Nos vemos enfrentados a una crisis mundial sin precedentes. Miles de personas han perdido la vida como consecuencia del COVID-19 y un número aún mayor ha sido infectado. Millones de personas se encuentran confinadas en sus casas en el mundo entero. Los que no pueden trabajar desde casa – como es el caso de los médicos, enfermeros, personal de emergencia, aquellos encargados de asegurar servicios esenciales para la población tanto en supermercados como en farmacias, personal de limpieza, y responsables de la gestión del orden público entre otros – ponen sus vidas en peligro cada día para mantenernos sanos y salvos. Los sistemas sanitarios, incluso en los países más desarrollados, se encuentran al borde de sus capacidades en la lucha contra esta pandemia global. No cabe duda de que el COVID-19 tendrá repercusiones económicas, sociales y psicológicas más allá del fin de la crisis sanitaria.
El COVID-19 ha puesto en evidencia, como suelen hacer las crisis, la indispensabilidad de la cultura para los individuos y las comunidades. En las redes sociales hemos podido disfrutar de los vídeos alentadores de músicos y artistas de todos los géneros, de renombre mundial y desconocidos, que han compartido gratuitamente su música para el provecho de sus vecinos y de millones de personas más a través de las redes. Muchos emplean su talento artístico para difundir información importante sobre el COVID-19, tal como la importancia de lavarse las manos adecuadamente y del distanciamiento social. Hemos visto como comunidades enteras, aisladas en sus hogares, se han unido para cantar, tocar música, bailar, o incluso proyectar películas desde las ventanas de sus balcones. Museos, teatros de ópera, salas de conciertos y otras instituciones culturales, actualmente cerradas al público, han abierto sus puertas virtuales generosamente, ofreciendo gratuitamente visitas a sus colecciones y retransmisiones de espectáculos a través de sus páginas web. Asimismo, bibliotecas y cinetecas han puesto sus archivos digitales a disposición del público. La UNESCO ha estado incitando a los sitios de Patrimonio Mundial a sumarse a esta iniciativa y ya ofrece la posibilidad de explorar el Patrimonio Mundial sin salir de casa, a través de plataformas digitales como Viajes del Patrimonio Mundial en Europa.
En este momento, en el que millones de personas se encuentran físicamente aisladas unas de otras, la cultura nos ha unido, creando vínculos y acortando la distancia que nos separa. La cultura nos ha servido de apoyo y de inspiración y nos ha aportado esperanza durante este período de enorme ansiedad e incertidumbre...

Ottone, E. ( 2020, Marzo 29). En tiempo de crisis las personas necesitas la cultura. Recuperado de https://es.unesco.org/news/tiempos-crisis-personas-necesitan-cultura